Por Tiara Dominguez 

Durante años, las mujeres pelearon por un lugar en el mundo del deporte. Hoy, esa pelea empieza a mostrar resultados concretos. Las tribunas, las pantallas y los podios ya no están reservados sólo para los hombres.

Fútbol, tenis, atletismo y hasta deportes considerados “masculinos”, las mujeres no solo participan: brillan. Rompen récords, llenan estadios y arrastran multitudes.

El fútbol femenino es uno de los ejemplos más potentes del avance de las mujeres en el deporte. En 2023, el Mundial Femenino de la FIFA alcanzó cifras récord: más de 2 mil millones de espectadores en todo el mundo. Equipos como Estados Unidos, España, Inglaterra y Brasil arrastran multitudes. Pero también se destaca el crecimiento en selecciones “emergentes” que antes no tenían ni infraestructura básica.

Infografía: Garbiñe Muguruza, la quinta atleta mejor pagada del mundo según Forbes | Statista

 

Hay nombres de deportistas mujeres que se volvieron íconos. Alexia Putellas, del Barcelona y la selección española, es una de las máximas referentes del fútbol actual. Ganadora del Balón de Oro en 2021 y 2022, es símbolo de talento, esfuerzo y visibilidad.

También Serena Williams en el tenis femenino con sus 23 títulos de Grand Slam. En atletismo, Allyson Felix se convirtió en la atleta olímpica más condecorada de EE.UU. Y en motociclismo, Ana Carrasco fue la primera mujer en ganar un Mundial de motociclismo de velocidad.

Cada vez más marcas, clubes y federaciones apuestan por el deporte femenino. Y sobre todo, cada vez más niñas crecen sabiendo que pueden soñar con ser campeonas. Hay un avance real, las mujeres siguen corriendo, saltando, remando, pateando. Y demostrando que el deporte no tiene género. Tiene pasión, esfuerzo y ganas de cambiar las reglas del juego.