Por Augusto Barchetta
Marco Ruben decidió darle un punto final definitivo a su carrera en la que se convirtió en un referente histórico para el club rosarino ya que este fue uno de los jugadores más importantes de la última década, tanto en el equipo canalla como en el fútbol de Primera División.
Ayer, en una jornada emotiva para el hincha “guerrero”, consumado el encuentro como local ante Belgrano y tras sus declaraciones post partido versus River Plate, el delantero de 38 años decidió colgar los botines. Dejó un legado imborrable en el fútbol argentino y especialmente en Rosario Central, donde será recordado como un verdadero símbolo.
Nacido el 26 de octubre de 1986 en Capitán Bermúdez, Santa Fe, inició su carrera profesional en Central en 2004. Su olfato goleador lo llevó a jugar en clubes de renombre como River Plate, Villarreal (España), Dynamo Kiev (Ucrania) y Tigres (México). Sin embargo, fue en el Canalla, el club de sus amores, donde dejó su huella más profunda.
En Central se convirtió en ídolo siendo el máximo goleador histórico del club con 105 goles en 262 partidos por competiciones oficiales. Fue clave en la obtención de la Copa Argentina 2018, uno de los títulos más importantes en la historia reciente del equipo. Su liderazgo, entrega y capacidad para marcar en momentos cruciales lo consolidaron como una figura muy querida por los hinchas.
Visiblemente emocionado, Ruben expresó ante la prensa oficial del club: “Central es la pasión más grande que me tocó vivir en la vida y tuve la suerte de representar al hincha desde adentro de un campo de juego”.
Comenzará un nuevo capítulo en la vida del ahora ex futbolista del equipo rosarino, quien evitó declarar si su futuro continuará o no cerca del mundo del fútbol.
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