Por Wilson Giacobero

En una entrevista que comenzó al filo de la hora pactada, la guía de turismo Bárbara Duarte prestó su tiempo para una charla amena, para contar sobre su profesión y lo que la inspiró a estudiar su carrera. Reveló además algunos consejos para quienes estén interesados en aprender esta profesión y qué cualidades considera necesarias, aunque no excluyentes, para desarrollarse en dicha área.

Por otra parte, Duarte habló sobre los paseos que ella coordina y guía en la ciudad y por qué considera que Rosario se ve afectada en términos turísticos en los últimos tiempos.

La guía de turismo, oriunda de Buenos Aires, comentó que hace algunos meses se mudó de manera definitiva a Rosario, con su compañero de vida. Ella y su pareja se conocieron en el festival Cosquín Rock de 2016, mantuvieron la cercanía a pesar de la distancia que los separaba mediante viajes frecuentes entre las ciudades que los albergaban.

Duarte, tanto por la flexibilidad y la forma independiente que tiene su carrera, sumado a la posibilidad de desarrollarse en la ciudad del Monumento a la Bandera como guía, tomó la decisión de cambiar de entorno geográfico. Argumentó que Rosario le sienta muy bien. Expresó también que no descarta la posibilidad de trabajar “un poco acá y un poco allá”, ya que Buenos Aires en temporada alta tiene mucho turismo.

Se dedica de manera exclusiva a su profesión, pero también estudia para formarse como docente y así poder dar clases a otros guías o personas que cursan la licenciatura en Turismo.

— ¿Cuáles fueron tus primeros pasos y qué te motivó a estudiar guía de turismo?

Como guía de turismo hace 12 años que trabajo de lleno en eso, y me gradué en realidad hace menos. Había empezado una carrera en la universidad de medio ambiente. Después con el tiempo dejé y fue una pareja que tuvo mi papá que un día me dijo: “Che, a vos te gustan muchas cosas, ¿por qué no te fijás el programa de la carrera de guía de turismo?” Ingresé y me fijé en el programa, de un instituto privado. Me lo habían recomendado y vi que había muchas materias diversas: historia, geografía, arquitectura, arte, idiomas. Un montón de cosas que a mí siempre me gustaron. Cuando lo vi dije: “Esto es lo que me interesa”. Y ahí me anoté. Es un terciario. Yo estudié para ser guía de turismo, es para brindar información y llevar grupos y coordinar. No tengo formación en lo que hacen las agencias de turismo.

— ¿Cómo fue tu inicio en la carrera?

Ya desde el primer año que cursé pude hacer prácticas. Mi instituto tenía un convenio con la Casa Rosada y en ese momento los alumnos podíamos hacer las visitas guiadas los fines de semana, fue una experiencia muy linda. Pero no estábamos preparados ni cerca para hacer la visita. Era el primer año de la carrera, faltaba un montón de contenido, pero fue desafiante y ahí arranqué. Después laburaba un poco de manera independiente y también en el Ente Turístico de Buenos Aires como asesora en los centros de información. Luego fui prestando mis servicios para las agencias, para privados y por mi cuenta también. Haciendo recorridos, tours en bici, caminatas, también para las agencias que venden lo clásico en Buenos Aires, que es el City Tour, el paseo por el Delta de Tigre, Fiesta Gaucha. De todo un poco, pero siempre en provincia de Buenos Aires. Además hace siete años que hago una navegación acá en Rosario, por mi cuenta.

— ¿Qué actividades independientes hacías como guía en Buenos Aires?

Me contactaban de agencias y también particulares, amigos de amigos o conocidos que me decían: “Che, vienen mis primos de algún lado, quieren conocer el casco histórico o quieren que los lleves a Caminito”. En ese caso me contacto directamente con el pasajero, lo coordino y le paso mis honorarios.

— ¿Qué desafíos implica ser guía de turismo en Rosario?

La problemática hoy de Rosario es todo el impacto de las noticias. Desde hace más de dos años que muchas escuelas o turistas dejaron de venir de escapada a Rosario porque tienen la idea de que bajan del auto o de un micro y van a recibir un balazo. La sensación es esa. No es la realidad, para nada. Es como si las noticias siempre defenestran a una ciudad y es muy difícil recuperarse de eso. El escenario de hoy es que hay poca gente que está viniendo. Los números bajaron en la ocupación hotelera, por ejemplo. Pero la Municipalidad está intentando recuperar esa imagen de la ciudad para que la gente empiece a venir. Después, en términos de gastronomía, Rosario repuntó un montón. Porque en los últimos años también hay más egresados de instituciones educativas gastronómicas. Al haber oferta académica, hay personas idóneas en eso y mejora la oferta culinaria. El Ente Turístico y la Secretaría de Deportes y Turismo están trabajando en aumentar la cantidad de gente que viene.

— ¿Los juegos deportivos ayudan al turismo?

Eso mueve muchísima gente. La idea es estar a la orden del día en la agenda para que los turistas puedan venir y empezar a limpiar la imagen que tiene Rosario. Sirve mucho subir material, mostrar que la gente puede hacer un tour sin peligros.

— ¿Cómo se ve Rosario desde Buenos Aires?

Se ve todo peor. En mi caso porque todos los meses venía a Rosario, entonces para mí no era una novedad. Tengo contacto con el turismo educativo también y muchas escuelas que venían a Rosario, iban al convento de San Lorenzo, al Monumento a la Bandera, o a hacer la promesa, este año y el año pasado decidieron no venir. El turismo educativo es el más fuerte acá. El de familias y el de escuelas. Después, hay otras modalidades como las de escapada, de localidades cercanas, gente que viene de Buenos Aires o viene de Córdoba que son las ciudades más importantes que nos rodean. Viene gente, pero ese número bajó.

— ¿Qué expectativas tenés para el futuro del turismo en Rosario?

Me siento esperanzada. Si nos acompañan las noticias y el trabajo que pueda hacer el Ente Turístico y la Secretaría de Economía, Rosario puede posicionarse bien. Tienen que acompañar las políticas municipales y las provinciales también. Para mí lo que hay que hacer como desafío a futuro es articular con las dos ciudades más grandes que tenemos cerca de Rosario, que son Córdoba y Buenos Aires. En verano, en Buenos Aires coordiné turistas de Europa y saben de los narcos en Rosario, por Di María y Messi. Me preguntaban, por ejemplo, por qué amenazaban a la familia de Antonella Roccuzzo, adónde vivía Messi, o dónde era su casa. Estaría buenísimo que desde Buenos Aires haya un producto que sea un full day Rosario, que la gente pueda venir a conocer en un día el Monumento, conocer el barrio de Messi, ir a comer a un lugar lindo, conocer el río Paraná en un día y después volverse. Traer turismo extranjero es clave para mí.

— ¿Qué recomendaciones le darías a alguien que quiere convertirse en guía de turismo?

Primero que elija una institución con trayectoria en el ámbito. Porque eso va a permitir que tenga una experiencia mejor y los docentes que conozcan ahí van a tener contactos, ya que están en el rubro. Para mí eso fue clave. Cuando me formé, lo hice en un instituto que tenía muchos años en el mercado académico. Y eso me permitió también ir creciendo como guía de turismo. Hoy para mí la Universidad Nacional de Rosario tiene su espacio, pero es una carrera nueva, todavía le falta todo ese bagaje de construcción. Le recomendaría que estudie idiomas, por fuera de la formación. Y sobre todo que haga turismo, que la mejor forma de laburar para nosotros es consumir turismo, para saber qué es lo que nos gustaría hacer.

— Volviendo a tus recorridos, ¿podrías describir el paseo en lancha que brindas?

Hago dos navegaciones. Una navegación se llama “Rosario desde el río” y la propuesta es una navegación de casi tres horas donde hacemos toda la ribera rosarina desde La Florida. Pasamos por la Usina Sorrento, hablamos de la historia de La Florida, luego nos dirigimos hacia la cancha de Rosario Central. Vemos el barrio Refinería, que es un barrio histórico, después distinguimos el museo Macro desde el río y la Estación Central donde está la Isla de los Inventos. Seguimos y ya empezamos a ver todos los galpones, el Parque España, los depósitos portuarios. Hablamos de la historia, de la arquitectura, el Monumento lo vemos también desde el río y el mural de Messi, se ve perfecto. Y llegamos al Sembrador, que es la obra de la barranca del Parque Urquiza. A continuación, cruzamos el canal principal y navegamos por la ribera de enfrente a la ciudad. Hay también un barco de hormigón. Eso es porque durante las guerras mundiales no había acero, el material escaseaba, y no hubo otra forma que hacer embarcaciones de cemento. Hay una que está varada enfrente al Monumento. Después pasamos por una escuela, que, si bien está en islas entrerrianas, es santafesina. Hablamos de la escuela, que es la Marcos Sastre, y desde ahí vamos a un parador, que es el Club del Río. Hacemos un cafecito y compartimos algo dulce. Luego ya embarcamos de nuevo hasta el puente Rosario Victoria. Ahí terminamos la navegación, más o menos son tres horas.

— Y la otra opción de navegación, ¿cuál es?

La otra es de luna llena. Es nocturna, por eso en esta época la gente tiene frío de noche. Salimos del mismo muelle, ahí del acceso sur de La Florida, y primero cruzamos el río Paraná. Nos vamos para el lado de las islas, cruzamos el puente Rosario Victoria y justo después del mismo hay una isla muy grande en el medio del canal del Paraná, que es Isla de los Mástiles, pertenece a Granadero Baigorria y Capitán Bermúdez. Agarramos un brazo al costado de la isla y nos vamos al arroyo Paranacito. Vamos a un punto donde vemos la salida de la luna llena en el horizonte, detrás de las islas. En cuanto al contenido del tour, hablamos de la geografía, la formación de las islas, hablamos de los Chaná, que fueron los primeros pobladores de las islas; y hablamos de la luna, cuando sale. Contamos por qué hay luna llena, hacemos ahí una demostración del porqué de las fases lunares. Hablamos de las constelaciones y de sus colores. El tour termina cenando en un parador de la isla, cenamos empanadas de pescado y tomamos unos vinos que son de Santa Fe, la gente lo disfruta un montón.

La entrevista llegó a su final. La joven se despidió con un saludo cordial y con el compromiso de compartir la información y las redes de sus recorridos guiados.