Por Wilson Giacobero
Lionel Messi y Ángel Di María fueron fotografiados y vistos por millones de espectadores, los dos campeones del mundo celebraron su coronación de gloria.
Lionel Messi y Ángel Di María, colmados de felicidad, celebraron su coronación de gloria en medio de un gran festejo en el estadio Lusail de Qatar tras la victoria ante Francia el 18 de diciembre de 2022 en la final del Mundial de Fútbol. Sin embargo, durante la fiesta, se dieron cuenta de que la copa verdadera no estaba en sus manos, sino que sostenían una imitación. Esta revelación se produjo mientras eran fotografiados y vistos por millones de espectadores, y ellos continuaron sin inconvenientes con su “alegría mundialista”.
Aquel partido estuvo marcado por varios instantes decisivos en los cuales la auténtica copa podría haber sido obtenida tanto por un equipo como por el otro. Los jugadores argentinos, vestidos con los colores patrios, salieron al campo de juego e hicieron un esfuerzo superior en busca de la máxima gloria del fútbol. La presencia del pueblo argentino en las tribunas no pasó desapercibida, y su apoyo resonó en el estadio. Pero no fueron los únicos protagonistas, millones de argentinos, desde la comodidad de sus hogares, en bares, en comedores e incluso desde sus lugares de trabajo, sintonizaron el encuentro y alentaron con fervor. Eligieron creer y mantuvieron la fe de que el milagro era posible.
Momentos después de que Montiel ejecutara el último penal que condujo al equipo argentino a alcanzar su tan ansiada tercera estrella, se produjo el anecdótico evento de la copa falsa. Esta réplica que posó con Messi en la foto más “likeada” de la historia de Instagram, con alrededor de 75 millones de “me gusta”, que dio la vuelta con el líder albiceleste, que apareció en muchas de las fotos que se sacaron los distintos jugadores con sus familias, e incluso la misma que levantó Antonela Roccuzzo y sus hijos, resultó ser la “trucha”. Ante esta situación sorpresiva para los argentinos involucrados en el evento y para quienes, como espectadores, aún no estaban al tanto, la verdadera pregunta es: ¿cómo ocurrió esta situación?
La historia de la copa imitada tuvo su origen en La Plata, donde un matrimonio que asistió al partido se puso en contacto a través de las redes sociales con expertos dedicados a la confección de réplicas artesanales de trofeos deportivos. Tardaron un lapso de seis meses para fabricar esta copa, la cual posee un peso similar al de la original, está confeccionada con resina y cuarzo en su interior, y fue bañada en una pintura que simula el oro. La verdadera intención de los dueños de esta copa era que fuera firmada por los jugadores argentinos, explicaron ellos mismos a Fernando de la Orden.
En el transcurso de las celebraciones, la copa platense entró en varias oportunidades al campo de juego a pedido de los mismos jugadores y sus familiares para ser fotografiados con el preciado trofeo, aunque se trate de una imitación. Durante su “paseo” por el césped del estadio, esta copia de la copa fue autografiada por jugadores como Leandro Paredes, Lautaro Martínez, Guido Rodríguez, Nicolás González y Ángel Di María.
Los jugadores estaban en el césped cuando llegó el momento tan esperado de la gloriosa vuelta olímpica, que completó la tercera coronación en el estadio Lusail de la ciudad de Doha. Instante histórico en todos los sentidos, con el capitán argentino llevado en hombros, con “la copa” del mundo en sus brazos, mientras recorría el terreno junto a su equipo. La responsabilidad de cargar a Messi recayó en Sergio “Kun” Agüero, quien irrumpió en el campo de juego después del último penal para unirse a la celebración con sus ex compañeros.
Posteriormente, Ángel Di María, quien se encontraba en otro sector del campo, con la copa auténtica en sus manos, de repente lo entendió todo: los demás tenían una copia falsa. Él poseía la verdadera réplica proporcionada por la FIFA, ya que la copa original se entrega exclusivamente para que los campeones la utilicen durante la celebración del título. Pocos momentos después, la copa fue devuelta y custodiada de regreso a la sede de la entidad en Zúrich.
El fotógrafo del diario Clarín Fernando de la Orden, que estuvo presente en ese mismo instante, contó: “Fue en el momento mismo que quedé de repente al lado de Messi en el campo de juego. Mientras le hacía la foto a él a centímetros de distancia apareció Di María con la copa. Ahí escuché que le decía que la Copa que tenía era la original, que la otra que había levantado era la trucha. Y en la foto que se ve que le muestra los detalles. Como hice fotos de todo el momento se ve bien en sus expresiones la sorpresa de la novedad”.
De la Orden habló sobre “su gran oportunidad” en el estadio y dijo: “Sentí que logré que se vea en la foto lo que pasó”. Añadió que en ese momento de mucha adrenalina por lo quele estaba pasando y porque no podía estar dentro del campo de juego, esperaba que lo sacaran. “Aproveché todos los segundos para hacer todas las fotos que pude”, confesóel fotógrafo. Habló también sobre cubrir el mundial y contó que fue increíble, “un sueño cumplido”, ya que loanheló desde chico. “Siempre quise trabajar de fotógrafo en un medio y llegar al mundial. Esperé 25 años dentro del diario hasta que me tocó”, afirmó.
Así fue el gracioso momento entre los dos ídolos del fútbol de Rosario. Por un lado, Ángel Di María, quien había tenido contacto con ambas copas: una era la imitación oficial y la otra, una réplica artesanal, se convirtió en el mensajero de la verdad en esta singular situación. Por el otro, Leo Messi sumido en los festejos y los cánticos, sin saber del asunto de las copas. Durante aproximadamente media hora, ambas copas coexistieron en el campo de juego, y tal vez por un instante, se llegaron a contar tres copas, si se incluye la original de la FIFA.