Por Laura Arancibia

El peor de los males (The Worst of Evil), dirigida por Han Dong Wook y Park Geum Bum. La serie coreana está protagonizada por Ji Chang Wook, Wi Han Joon y Im Se Mi, entre otros artistas. Los primeros episodios de The Worst of Evil se estrenaron en Disney+ Argentina el 27 de septiembre de 2023.

Tus cuñados se ríen de ti. Tu suegro se burla de tu padre. Tu pareja te compadece. Y tú acabas infiltrándote en la mayor banda narcotraficante de Corea del Sur y parte de Asia para tener algo de reconocimiento personal y profesional.

Así ha llegado a Disney+ El peor de los males (The Worst of Evil), una nueva serie surcoreana que dispone de tres episodios publicados a la espera de las entregas de 50 minutos de duración que irán liberando semanalmente.

Corea del Sur está en boca de todos. Primero fue Oldboy, Memories of Murder, hasta Parásitos. Ahora le toca a la música; la cultura surcoreana ha pasado de ser un referente en su continente a ser la imagen sobre la que internacionalmente se proyectan millones de jóvenes con el K-Pop.

En HobbyCine hemos analizado otras grandes producciones del país asiático como El caballero negro, Hunt o Rumbo al infierno. Su creatividad y sus tradiciones se entremezclan con la técnica occidental de la que beben muchos de estos títulos, dando lugar a propuestas que revitalizan temáticas harto trilladas.

Cuando uno piensa en cine asiático suelen aparecer dos conceptos: el terror y la fantasía. La realidad, sin embargo, es una bien distinta: han aprovechado la exposición de los últimos años para convertirse en referentes no sólo visuales, sino narrativos.

El peor de los males recorre una historia que ya conocemos, pero en un contexto renovado, aportando su experiencia para crear secuencias de acción y combate frenéticas que estilizan su historia de mafia, amistad, amor y traición.

Viajamos a los 90. Joon-mo (Ji Chang-wook) es un joven policía obstinado y comprometido al que pronto descubriremos que lo de poner a volar a sus enemigos se le da particularmente bien. Con el objetivo de medrar profesionalmente y acabar con las burlas de la familia de su esposa, acepta una misión suicida: infiltrarse en la banda de Jung Ki-cheol (Wi Ha-joon), el nuevo gallo de Seúl.

Su secuencia de apertura es una declaración de intenciones: una larga, salvaje y brutal batalla campal entre cuchillos, bates de beisbol y manos desnudas que acaban en un baño de sangre.

Las habilidades de Joon-mo van a ser de lo más útiles para ganarse el favor de Ki-cheol. La parte difícil comienza cuando lo descubren junto a Eui-jung (Im She-mi), su mujer, que también es el primer amor de Ki-cheol… y una oficial de policía.

El propio Wi Ha-joon definía El peor de los males como «una serie noir juvenil». Un policía que desciende a los infiernos para hacer su trabajo sin saber si hay viaje de vuelta. Los límites de la ética, el maquiavelismo y la moralidad se convierten pronto en los temas principales que explora la serie de Disney+.

Ahora, de «noir» tiene poco más que la tragedia y la violencia. Bebe del éxito de la ya clásica cinta coreana New World (Park Hoon-jung, 2013), pero menos reflexiva y más impulsiva. Juvenil, al fin y al cabo, y efectiva en su cometido.

Cuando quise darme cuenta, había devorado los tres episodios de una sentada sin reparar en las tres horas que llevaba sentado en el sofá. El peor de los males maneja con muchísima inteligencia los tiempos, y aquí tienen gran culpa sus personajes y sus intérpretes.

La selección de perfiles es sólida, ofreciendo un abanico de personalidades carismáticas que tienen su máxima representación en los archiconocidos —por tierras surcoreanas— Ji Chang-wook y Wi Ha-joon, infiltrado y jefe, respectivamente.

Su química en pantalla y sus interpretaciones bien podrían llevarnos a un tenso y dramático «bromance» imposible como parte del trío amoroso que han dibujado sus tres primeros episodios.

La serie dedica mucho tiempo a nuestro idilio con el personaje de Wi Ha-joon, el supuesto villano y jefe de la banda de Gangnam. La práctica totalidad del primer episodio nos narrará su ascenso al poder, siendo estructuralmente un tanto confuso al mezclar diferentes épocas y contextos en los primeros compases.

El peor de los males sería perder ritmo con sus 12 episodios programados; muchos más de los que, a primera vista, parece resistir la trama. Ha mostrado algún traspiés introduciendo el elemento disruptivo de Eui-jung, de quien ambos protagonistas están enamorados, pero el resultado general de estos tres episodios es mucho más de lo que exigiríamos a cualquier producción occidental.

De su creatividad depende explotar los principales clichés del género y alargarlos lo suficiente como para resistir sus casi 12 horas de duración total. Un thriller criminal que bebe de la esencia occidental, explota su propio estilo tradicional y puede engancharte con la garra de sus combates. Y, si no te ha convencido, espérate al guiño a Tarantino y su clásico plano del maletero.