Gran convocatoria de Ni una Menos en el parque España

 

Por Virginia Rocchetti

 

Mujeres de distintos sectores se reunieron como cada 3 de junio en las inmediaciones de Oroño y el río para marchar hacia el parque España exigiendo al poder político y judicial frenar con los feminicidios. El acto finalizó alrededor de las 16 y el Concejo habilitó la gratuidad de los colectivos entre las 11 y 22 del sábado.

 

Una de las frases más contundentes de la jornada

 

Pasadas las 11 comenzaron a llegar a la esquina asignada decenas de mujeres de la ciudad. La consigna: dejen de matarnos. Oroño y el río fue el punto de encuentro para marchar juntas hacia las escalinatas del parque España, lugar de cierre de la jornada.

 

Después de caminar 6 cuadras, muchas compañeras encontraron a cientos de otras que las esperaban para terminar el acto que unió al país bajo las mismas banderas violetas. Pareciera que los 8 años que pasaron del asesinato de Chiara Páez no dejaron más que dolorosas huellas en más de 2 mil familias. Para ser exactos, 2257 de ellas, aún lloran por sus mujeres asesinadas a manos del patriarcado. Un Estado ausente, machista, ortodoxo y lento las condenó a ellas y sus hijos a ser parte de una estadística anual que anuncia lo lejos que está la sociedad de modificar sus reglas de juego.

 

Luego de las 15 horas, se sumaron al pequeño escenario armado bajo las escalinatas del parque, los gremios, sindicatos, asociaciones barriales, pueblos originarios, movimientos políticos. Todas mujeres esperando escuchar a las oradoras y recibidas por el colectivo trans y algunas organizaciones sindicales que convocaron directamente a sus afiliadas al punto final de la marcha, como fue el caso del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop).

 

Mientras tanto, a horas del veredicto que condenó a Sebastián Villa a dos años de prisión por violencia de género y abuso sexual, la AFA le permitió al plantel de Boca, fotografiarse con la bandera de “Ni una Menos”. Provocaciones de un fútbol nacional que permitió continuar jugando a una de sus estrellas, aún sabiendo el final judicial. Deporte que sigue conducido por dirigentes que siguen poniendo en duda la profesionalidad del fútbol femenino y el derecho a contratos iguales al de sus compañeros.

 

El acto oficial comenzó luego de las 15 con la presentación de la periodista Almudena Munera y una de las referentes del colectivo trans y travestis de la ciudad. Las dirigentes de las distintas agrupaciones se fueron sumando al escenario. Entre las voceras, la secretaria general de La Bancaria Rosario, Analía Ratner, sostuvo con firmeza: “No vamos a retroceder en ningún derecho, en ningún espacio institucional conseguido, justicia por todas las que fueron víctimas de violencia de género, ni una menos, vivas nos queremos”. Se abrazaron, gritaron pidiendo justicia y aplaudieron la lucha por el trabajo que hacen las mujeres dentro de los sindicatos, lugar histórico de mayorías masculinas. Pero no quedó ahí. Ratner volvió a subir al pequeño escenario para tomar el micrófono nuevamente y comenzar a cantar una de las canciones emblema de las marchas del 3J.

 

Fue el turno de Micaela y Antonia, dos representantes de pueblos originarios que con un discurso muy contundente sostuvieron que en su barrio (Los Pumitas) tuvieron que tumbar el bunker de los narcos con sus propias manos ante la falta de presencia del Estado y del asesinato del pequeño Máximo. Palabras desgarradoras que conmovieron a varias presentes sentadas en las primeras filas.

 

En medio de tanto dolor, se veían a los niños haciendo actividades recreativas, muchas familias tomando mates y algunos curiosos que se asomaban por las escaleras para contemplar el acto. El olor inconfundible del pororó del parque España y el sonido del churrero quedaron fuera de sintonía del clima de angustia que se vivía. Sin embargo, muchos niños que acompañaron a sus madres, intentaron resistir a la cruel realidad del ambiente con las panzas llenas.

 

Entre discurso y discurso, se mencionó la violencia laboral, económica, obstétrica, física, emocional y simbólica. Además, se divisaron carteles y banderas de distintos arcos político y entre algunas pancartas, se pudo leer el rechazo a la Iglesia con la frase: “Iglesia y Estado: asuntos separados”.

 

Una vez pasadas las 16, las manifestantes comenzaron a retirarse y se dio por terminado el acto con música de cierre y desconcentración de las escalinatas y sus alrededores. Seguramente, algunas de ellas volvieron a sus casas a continuar la lucha en el hogar contra la violencia machista y otras tantas, se fueron pensando si la convocatoria fue efectivamente visible y eficaz. Ojalá no lamentamos otra víctima más.