Por Ariana Noir
Las relaciones entre China y Estados Unidos han sido conflictivas desde la creación de la República Popular China. Esta fue fundada en 1949, luego de una guerra civil contra las tropas del Kuomintang (movimiento nacionalista chino encabezado por Chiang Kai-shek)
El ejército derrotado se refugió en Taiwán y allí formó un gobierno constitucional y democrático. Tras este suceso, China reclama históricamente la isla de Taiwán y mantiene una posición innegociable sobre la isla. Para el gigante asiático, es un asunto de política interna y se la reconoce como parte integral de su territorio, pero como una provincia que se ha rebelado contra el poder central.
En los últimos años la presión de China a Taiwán se ha incrementado y usualmente envía aviones o barcos hacia la isla como reacción a actividades no aprobadas por el régimen de comunista.
Ante este marco histórico, el pasado cinco de abril, la actual presidenta de Taiwán, Tsai Ing-Wen, se reunió con el presidente de la Cámara de Representante de Estados Unidos, Kevin McCarthy, en California. Dicho encuentro se desarrolló en el marco de una gira de Tsai Ing-Wen que busca reforzar la posición internacional de Taiwán en un momento en el que las relaciones entre Beijing y Taipei se encuentran dentro de las máximas tensiones.
Beijing entendió esta decisión como una provocación y como consecuencia, desplegó maniobras y simulaciones de ataques alrededor de Taiwán como una “seria advertencia contra la connivencia entre las fuerzas separatistas que buscan la independencia de Taiwán y las fuerzas opositoras” según declaró Shi Yi, portavoz del ejército chino. Con el fin de simular ataques de precisión y un bloqueo a la isla, los buques militares chinos actuaron en el noroeste, el suroeste y el este de Taiwán.
Según declaraciones del ministerio de Defensa de Taiwán, se detectaron buques de guerra chinos y alrededor de 70 aviones de combate en dos de los tres días que duró la operación. De acuerdo con la prensa china, hubo decenas de aviones de combate J-18 y J-10C, aeronaves antisubmarinos, sistemas lanzacohetes PHL-191 y misiles terrestres anti navíos YJ-12B.
Elecciones del PCCh
En octubre pasado, se llevó a cabo el XX Congreso Nacional del Partido Comunista Chino (PCCh) y Xi Jinping reafirmó su postura. En su discurso resaltó la firme decisión y poderosa capacidad de defender la soberanía e integridad territorial del país, oponiéndose a la “independencia de Taiwán”. Además, Jinping resaltó como “serias provocaciones las intervenciones en los asuntos de Taiwán por parte de fuerzas extranjeras”.
Asamblea Popular Nacional del Partido Comunista Chino
Por su parte, desde que Tsai asumió la presidencia de Taiwán se ha negado a ceder a las exigencias de Beijing, sosteniendo que Taiwán ya es un Estado soberano sin necesidad de declarar la independencia.
Apoyo Internacional y consecuencias
Finalizados los tres días de ejercicio, el Kremlin respaldó la actitud china afirmando que ante actos de provocación por parte de Taiwán, Beijing tiene “el derecho soberano de responder incluso con maniobras militares, en estricta conformidad con el derecho internacional”, según declaraciones del vocero de Vladimir Putin.
Con este escenario es esperable la respuesta de Beijing, que no renuncia al uso de la fuerza para sostener la unidad territorial y salvaguardar los intereses y seguridad de su país, a lo que entiende son provocaciones por parte de Taiwán, amparadas en la doble postura de Estados Unidos, que por un lado apoya a China y por otro, vende armas a Taiwán. Además, Biden ha indicado estar determinado a apoyar cualquier posición de Taiwán.
En esta escalada de tensiones internacionales, la Armada estadounidense anunció este lunes 10 de abril que el destructor lanzamisiles Arleigh Burk USS Milius navega aguas cercanas a islas del mar de China Meridional que Beijing disputa con Taiwán, Filipinas, Malasia, Vietnam y Brunéi, en un ejercicio consistente con el derecho internacional marítimo ya que se realiza en las doce millas náuticas -lo que establece Naciones Unidas para designar la soberanía de un Estado en territorios marítimos- del arrecife Mischief, en las Islas Spratly.
Acompañando este ejercicio, Estados Unidos ha emitido un comunicado donde sostiene que las reclamaciones ilegitimas en el mar de China Meridional suponen una seria amenaza a la libertad de navegación. A través del Ejército Popular de Liberación, China condenó la incursión y reafirmó su “soberanía indiscutible” sobre la zona.
El costo de un conflicto a mayor escala sería muy alto para cualquiera de las partes, pero el mayor costo lo tiene China, ya que busca iniciar espacios de gobernanza en diferentes partes del mundo y si bien no renuncia al uso de la fuerza para evitar la independencia de Taiwán, utilizarla es ir contra los postulados diplomáticos que viene enarbolando desde hace tiempo.
Felicitaciones por la publicación ✨