Por Gisela Vidal

River Plate tenía la difícil misión de revertir un 0-3 en condición de visitante para alcanzar la final de la Libertadores. Algo que parece imposible para cualquier equipo, no lo es para el de Gallardo, que en los últimos años ha demostrado que es capaz de imponer su juego aún ante las peores adversidades y que jamás hay que darlo por muerto.

Fiel a su estilo ofensivo abrió el marcador a los 29’ del primer tiempo de la mano de Rojas y antes del descanso, en una jugada colectiva brillante, convirtió el segundo gol Rafael Santos Borré; reflejando la superioridad del equipo y aumentando las chances para poder ser finalista.

En el segundo tiempo, aún con 10 jugadores a partir de la expulsión de Robert Rojas, por una doble amarilla, el equipo de Gallardo fue en busca del tercer gol, que consiguió anotar Montiel, pero tras la participación del VAR y por una posición adelantada fue anulado al ser cotejada dicha situación por el árbitro del encuentro, el uruguayo Esteban Ostojich.

Con 12 minutos adicionales River siguió intentando, no se dio por vencido en ningún momento; sobre el final una jugada polémica tuvo que ser revisada por el VAR nuevamente por un posible penal contra Borré y una vez más Ostojich se acercó a la pantalla para ver la jugada; esta vez volvió a indicar que no fue penal, tras observar offside de Girotti; quien había ingresado por Pinola. Así la ilusión de poder empatar el partido al final quedó truncada.

Entre la muy buena actuación de los jugadores millonarios, se destacaron Montiel, Fernández, Enzo Peréz y Díaz. La actitud del equipo en sí fue totalmente heroica, pero así es el fútbol y no siempre es cuestión de merecimiento sino de resultados.
Palmeiras que no tuvo reacción ni orden, obtuvo el pase a la final de la Copa Conmebol Libertadores, tras haber aprovechado en el partido de ida los errores de su rival y espera la definición del partido entre Boca Juniors y Santos, para saber quién será su oponente el sábado 30 de enero. De esta manera, y a pesar de la expectativa que generaba, nos quedamos con las ganas de un nuevo Superclásico en la final de Libertadores.

Regalaron al fútbol en su conjunto un partido emocionante y atractivo, una noche en la que los fanáticos del fútbol pudieron disfrutar; aún los propios hinchas en el que los nervios claramente estuvieron presente durante todo el cotejo.
A pesar del dolor que el plantel, cuerpo técnico e hinchas deben sentir por esta eliminación, deben estar orgullosos por lo que dieron dentro de la cancha; nada que reprochar y mucho que admirar. Fue así que el técnico Abel Ferreira una vez finalizado el encuentro fue en busca de Gallardo para expresarle su admiración y reiterarle, ante todas las cámaras, que “es el mejor de todos”.

Sin dudas River fue Monumental. Y hay ocasiones en que el resultado puede pasar a un segundo plano y una eliminación no opaca todo lo bueno que se puede realizar.